Me han comentado muchos amig@s por que nunca escribo, jeje, aun no me han cortado las manos aunque me lo merezca pero creo que me defiendo mejor hablando. De todas formas voy a intentarlo.
No es porque no haya tema para hablar porque mirando alrededor uno se da cuenta de que las cosas parecen no ser reales o que antes no eran reales y los tiempos nos estan devorando. Ante esa voracidad del reloj social reapareceran los 80 en todo su esplendor con el famoso pasotismo que sufrieron nuestros padres (por nuestra parte claro). Ya veis no solo vuelven los pantalones de pitillo o los calentadores (vaya por dios) sino que intelectualmente la historia se repite. Quiza, los que en su momento decidimos pasar de algunas cosas, no se si por no enfrentarnos a ellas o porque nos sobraban, deberiamos de retomar esa actitud con esos que tanto nos ayudan cogiendonos por las pelotas: nuestros amigos los bancos. Ni con ellos ni sin ellos. Sin ellos no tendriamos esos pisos carcel (con lo que se paga cualquiera sale), pero a lo mejor estariamos dominados por la mafia ¿? para el caso... Con ellos tenemos al guardian de nuestra nomina (el que la tenga), al dispensador de dinero 24 horas especialmente en esas horas nocturnas en las que damos gracias a los cajeros por darnos pasta sin explicaciones... al que nos da la pasta para un auto contaminante, para una cacerola, ... que cruz.
Quiza el pasotismo de los 80 lo seria util para no dejarles nuestra nomina, para ocupar los millones de pisos dignos o indignos sin pagar ni un puto duro. Los bancos, ay dios, son como una noche de copas: cuando sales de casa con el bolsillo lleno te pones ciego en los primeros bares y cuando tienes que ir para casa no tienes ni un puto duro ni ganas de acostarte. Asi que estos se han gastado la pasta en los primeros copazos y ahora le piden a los sufridos camareros (nosotros) que les paguemos, ¡pero si ya no nos queda nada! Señores, la pasta para el colchon como hacian nuestros abuelos.
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